19 julio 2011

Lamentaciones


Vaya que esta sacerdotisa no deja de ser como una especie de reflejo para mí. Todo mundo (o la gran mayoría), ve solo el sufrimiento de Kagome, pero, ¿Y Kikyo? ¿Y toda su vida desperdiciada? Robada, hurtada de la peor manera. Vaya que nunca dejó de ser una luchadora empedernida, y aunque todos la vean como un obstáculo, lucha solo por encontrar paz.

Entre el silencio de su voz y agonía apagados por una infancia y juventud estafados, nunca dejó quizá de sentirse, esperanzada. Y vaya que debe ser maldita la vez que se enamoró y se sintió primera vez mujer, maldita sea la vez que se atrevió a amar y bendita sea la vez en que todo terminó.

En ocasiones me gustaría lanzar una flecha con el arco de la vida, una flecha que ataque a mis oponentes, a mis verdaderos "obstáculos" y poder desprenderlos de mi mundo con polvo mágico. Me gustaría lanzarle una flecha a mi corazón para volverlo trizas, y a la vez hacerlo renacer más fuerte. Ahora mismo me gustaría morir en vida por unos segundos, y entender que sucedería si no sintiese nada, si fuese vacía. ¿Que sucedería si todas las esperanzas se fuesen a la borda? ¿Que sucedería si te sientes traicionado y adolorido? ¿Que sucedería si yo pudiese entender aun más la desesperación de Kikyo?


¿Porqué tenía que aparecer Kagome? Y lo más irónico aún... ¿Porque me tendría que preocupar los sentimientos de Kagome? ¿Porque me hago tantas preguntas? ¿Porque llora mi alma? ¿Porque me doy cuenta de mis errores? ¿¡Porque escribo tan desesperadamente?

¡Hazlo Kagome!

Si se supone que es lo mejor, llévate al amor de mi herida. 












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