17 enero 2012





Honestamente no se qué demonios estoy haciendo, todo es tan confuso, tan estúpidamente predecible y a la vez tan gracioso, que explotaría ahora mismo aquella tienda de juguetes en la que no había la barbie vestida de Simone solo por capricho, solo por encontrar la manera de destruir algo… para ver si puedo resucitar de este maldito letargo en el que me he lanzado de un segundo a otro.

Estoy…. Completamente enloquecida, no sé si leerás esto alguna vez, pero tenía que desahogarlo, tenía que decirlo, simplemente escribirlo, quizás romperlo después y restaurarlo entre lagrimas. Ponerle cinta adhesiva, ¿puedo hacer eso con… mi corazón? Sí, creo que es lo que esta fracturado ahora, no sé si por mi orgullo o por mi sentido común, normalmente las chicas de mi edad hubiesen gritado un “no me dejes sola, porque no puedo hacer nada sin ti”, ¿no es así? ¿Eso es verdad? ¿No puedo hacer nada sin ti? Odio esta situación, odio odiar, odio esta estúpida necesidad, maldigo, golpeo, grito en la almohada pero es lo mismo, la sensación no se va.

Es tan inmune a los analgésicos que tomo en secreto para dormir como tu perfume, aun está impregnado en mi almohada y puedo jurarte que se quedará ahí de por vida, solo para atormentarme cada noche, aunque patee a la misma y caiga al suelo, parece entonces que el mismo corre y se adhiere entonces a la pared donde solías recostarte cuando leías las paginas que recién había impreso luego de escribir.

La verdad no entiendo porque siempre ha sido así, desde antes de darme cuenta de mis sentimientos, es como si ese olor fuese algo que despertase mis sentidos, ¿no te das cuenta? Estoy acabando conmigo misma poco a poco admitiendo esto, estoy cortándome con una daga imaginaria, mañana todo será peor, me sentiré en peligro, porque hay un papel que tiene mis sentimientos marcados, no puedo ahora hacer nada sin arrepentirme porque a veces me arrepiento hasta de respirar en esta atmosfera, ¿Dónde están mis viajes de ensueño? ¿Dónde están las películas taquilleras? ¿Dónde están mis días al estilo Indiana Jones?

¿Dónde estás tú ahora?, irónicamente en la habitación de al lado. Tu olor aquí, tu presencia a través de un muro de concreto y te aseguro que mi alma quizás sellada con el Dios Hades en los campos Elíseos.

Quiero que toques mi puerta o que entres por la ventana, ¿Por qué no me sorprendes como siempre? Lograste hacerlo muchas veces, ¿Por qué ahora no es así? Solo hay silencio, y estoy aquí sentada en medio de la habitación, en el suelo frío, huele a ti. ¡Conviértete en Hades y ráptame! Michael en mi historia desafió a la muerte por buscar a Evelyn, ¿no podría yo convertirme en ella y tú en él? Estúpida realidad perfecta, me siento tan egoísta al solo pensar en eso. Quiero que seas alguien en la vida, que demuestres lo que quieres demostrar, no te quiero amarrar a mi solo porque soy tan egoísta. Por primera vez no quiero pensar solo en mi.

Pero duele tanto.



Nadie dijo nunca que sería fácil…


Pero sigue doliendo… mucho

13 enero 2012

Welcome to the Universe! [Capítulo#O4]

Capítulo 04: Extraterrestre

Cuando llevas días sin dormir bien las neuronas se hacen más lentas, se los aseguro, la verdad no podría existir alguna otra explicación. Quizás había otra, bastante subjetiva; estabas idiota, pero no, no creo que Mary estuviese idiota, esa solo era la evidencia de que no dormía como debía hacerlo, y tras dos semanas de ello, de seguro comenzaban a mostrarse en migrañas menos eventuales y más frecuentes.
Rayos. ¿Por qué el día era tan corto? No, peor aún, ¿por qué siempre escribía prácticamente de madrugada? ¡Tal costumbre era fastidiosamente genial! Café, sus libros de historia y revistas, su laptop, música, puerta cerrada y el mundo desapareciendo completamente. Eso hasta que alguien la molestaba y acababa dormida por conversar y demás.

-¿Qué traes?- le dijo Josh cuando la vió entrar a la cocina

-¿Yo?, ropa, zapatos…- soltó un bostezo –cabello, uñas, células… y pare de contar-

-no eres buena haciendo bromas- apuntó él sirviendo un par de vasos de jugo de naranja, sobre la mesa de la cocina, acercó uno en donde estaba ella y tomó del que tenía más cerca

-no estoy aquí para ser tu payasita- dijo ella engreídamente aproximando su mano hacia el jugo para beberlo

-hey hey- dijo él, apartando el jugo -¿quién dice que es para ti?-

-te odio- soltó ella y pasó a su lado empujándolo cual niño rudo buscando pelea. Bajó la caja de galletas de soda y las colocó sobre la mesa, del otro lado de la misma, él la miró, ella le respondió aquel choque de miradas con un instinto asesino.

-te pregunté que quien decía que era para ti, sin embargo, jamás dije que no lo fuera-

-¿Cómo le haces para decir tantas babosadas? ¡Romperás el record Guinness! ¡Enserio!-

-No necesito de esas cosas, no me interesa sostener pelotas de tenis o recibir rayos más de una vez-

-¿de qué hablas?- cuestionó Mary luego de morder una galleta.

-Un tipo llamado Roy Sullivan, en 1977, recibió por séptima vez un rayo encima, eso fue en Estados Unidos… Lo de la pelota de tenis… creo que uno en España, llamado Francisco, sostuvo 18 pelotas de esas en la mano durante 10 segundos- le acercó el jugo y se sentó cerca de ella –un record bastante… no sé, me parece ridículo-

Mary lo miró durante unos segundos.

-¿qué?-

-a veces creo que eres un extraterrestre-

-¿por qué?-

-tengo mis razones- rió ella.

-como digas- . Ella se concentró en su galleta y el jugo. Siempre era así, se peleaban, comentaban sobre algo, volvían a pelear, conversaban sobre algo, volvían a pelear, se callaban, decían algo, y volvían a pelear. Sin embargo, aquellas ‘peleas’ hacían única su relación… es decir, no eran los típicos casi primos que andaban como imbéciles queriéndose como hermanos, la manera de quererse era tan única que hasta daba miedo a veces.

Una silla sobre la cabeza del otro podría bien ser un te quiero.

-cuando dije que qué traías no me refería a tu ropa- dijo Josh hurtando una de las galletas de la chica

-¿entonces?- dijo ella con voz de fastidio tomando el jugo

-te vez algo cansada, ¿no has dormido lo suficiente?-

-la verdad no te preocupes, mamá, estoy bien- se levantó ella luego de pronunciar aquello con una dosis más de sarcasmo -¿sabes? Mejor que voy a clases, hoy si podré llegar temprano- dijo cruzando la cocina, colocándose su morral, para irse.

-no te olvides de que la última vez hubo mareos fuertes, una cosa es escribir de madrugada y otra es excederte por que si-


Ella fingió no oírlo. Él sabía que si lo había oído, sin embargo fingió creer que había creído la mentira de ella.
Complicado.

Esa palabra se repite mucho en esta extraña narración, narración que si bien podría ser una autobiografía de cualquier escritor empedernido y deseoso de mostrar su interior, también podría ser la mayor utopía jamás creada.

Un gaiden, como lo llamaría Mary.

Si, lo siento, a veces olvido que quienes leen probablemente sean completamente ajenos al universo paralelo creado por Mary, sin embargo, este bien podría ser el significado para dicha palabra. La misma es un término japonés, creo que no es algo de que impresionarse, ¿no es así? El implementar palabras exactas para las cosas y a veces en otros idiomas es algo casi elemental en la originalidad de Mary, y nada nuevo para quienes la rodean. Este término se toma para llamar a historias paralelas dentro del argumento de una historia original. Esta muy bien explicado en Wikipedia, de hecho.

 Wikipedia me ha hecho muchas tareas. Desde 2008, ¿o no?. No sé cuando la crearon, y la verdad no me importa, no tengo complejo de Jonathan. Y si, ese era al punto que quería regresar, creo que no me he tomado el tiempo en describirlo correctamente, solo ha aparecido porque si y desde el principio como el principal dolor de cabeza de nuestra protagonista. Él era un año mayor que ella, su madre Erika era todo a lo que él podría llamarle familia desde que tenía uso de razón, oí alguna vez que su relación con su padre empeoraba cada segundo trascurrido, mientras respiraban el mismo oxigeno en algún lugar de un radio de 500 metros.

¿Razón? “no es tu problema” o eso es lo que le ha respondido en varias oportunidades a Mary.
Existen dos teorías, o es demasiado reservado, lo cual es algo prácticamente evidente en él en algunas cosas, o simplemente no quería mezclar las cosas, es decir, amigos, primos, y esas cosas con la familia y sus ‘estúpidos caprichos’ como les llamaba frecuentemente. Era educado si se lo proponía, sin embargo, no de esa clase de tipos educados que solo buscan una cita, podría dejarte encantada, ¿se imaginan algún inglés burócrata del siglo 19? Con gabardina, fedora y esos zapatos mocasines… “muy Smooth Criminal”, solo que tomando solo su comportamiento pulcro y cortés, bien, adelántalo en el tiempo, colócale ropa casual de esta época, añádele a tu personaje ojos oscuros, cabello extremadamente lacio y largo medianamente, negro, más que el manto nocturno, piel de canela con un toque con leche y una sonrisa de esas que son multifacéticas. 

Las que no necesitan palabras aunque sean una broma.

Ese era uno de los tantos Jonathan’s que él podía ser. ¿Por qué el termino plural?, porque existían otros dos, uno que siempre estuvo oculto y que Mary estaba segura que algún día conocería y otro que siempre se mostraba, que ahora mismo dejaba su vaso de jugo para ir a clases, detrás de Mary.
Uno que perfectamente podría entablarte una crítica destructiva, tomando con premeditación y alevosía el hilo que sabe te hiere más, para morbosamente halarlo hasta romperlo. Uno que podía encontrar la manera para contraatacar cualquier cosa, uno que parecía haberse tragado de forma literal un diccionario enciclopédico y a todos los filósofos históricos. Uno que sabía que objetar frente a cualquiera.

Un extraterrestre.



-Papeles por aquí… papeles por allá…- susurró para sí misma Mary, que estaba ya saliendo de su clase de redacción, tenía que preparar un guión de teatro, y ni siquiera había comenzado con el simple bosquejo de su video, uno que debía entregar para el dichoso concurso. No había hecho utilería, no había comprado lo necesario, ¡tenía mucho que completar!

-¿Por qué tanto desorden?- escuchó de una voz bastante conocida para ella, alzó su mirada, estaba sentada en su pupitre, con papeles en el suelo, piernas y donde apoyaba las libretas. Mientras el típico escándalo de un salón sin profesores adentro se hacía escuchar

-¡Joshep!- exclamó tras un sonrojo, -pues… ya sabes, muchas cosas que hacer, menos tiempo para organizarte-

-Jajajaja, déjame ayudarte- dijo muy amigablemente Joshep, agachándose para tomar los papeles, y dejándolos en su lugar

-lo siento- susurró ella

-¡No te preocupes!- respondió casi al instante él, tomando una de las sillas y acercándola frente a ella para sentarse ahí -¿puedo ayudarte?-

Ella asintió sonrojada.

-¿Estás libre?- dijo ella

-la verdad no- respondió él –sin embargo, todo está bajo control, además… quería hablar contigo-

-¿h-hablar conmigo? ¿Sucedió algo?- tartamudeó Mary, luego de parpadear de la impresión al oír tal cosa

-¡No! ¡No es nada malo! Puedo asegurarlo- sonrió Joshep, terminando de apilar la última pila de páginas –wow, tienes muy bien desarrollada tu escaleta-

-Me ha costado un montón lograrla- dijo enorgullecida de su trabajo y sus considerables mejoras

Una escaleta, es como una guía para hacer un guión… básicamente un formato.

-¿Qué era lo que ibas a decir?- dijo ella, sin poder ocultar su enorme interés, y no solo por tal enigma, también por el tono de voz que el implementó luego de decirlo.

-Bien, no me tomes a mal, ¿eh?, es que enserio me caes bastante bien… y me preguntaba si… no sé, irías conmigo a comprar los materiales que necesito para mi filmación… es decir, si no lo has hecho aun-

Mary volvió a parpadear perpleja

-¿eh? ¿Hablas enserio?-

-¡Por supuesto!... pero no te preocupes, si tienes algo que hacer, no hay problema-

-¡No! ¡No!, lo digo solo porque… ¿sabes? Ignórame, si iré.-

-¡Perfecto!, ¿puedes hoy? Nos veríamos en el centro comercial a las 6:30-

-Me parece bien- sonrió ella


Sí, eso en clases luego de acabar redacción, si había estado más distraída de lo de costumbre con lo de su insomnio pre-historiaescritademadrugada entonces esa última petición había empeorado las cosas. Ahora estaba en el salón de la dirección audio-visual, era tarde, así que casi no había nadie. Solo ella era la única que aun hacía el bosquejo para entregarlo como siguiente requisito de la competencia.


Ya era tarde, tenía hambre, y no podía dejar de pensar de eso que sucedió en el salón de redacción, joder, comenzaría a amar ese salón, aun sin su aire acondicionado. Escogió la canción que utilizaría para su video, The Kill, de 30 Seconds to Mars.

Para ello necesitaba un guitarrista, si, exactamente. Pensaba hacer un cover con todo y video, sin embargo, necesitaba a dicho espécimen, ya tenía a un bajista y a un baterista.

Es entonces cuando el extraterrestre se le cruzó por la mente. Al mismo tiempo el mismo cruzó la puerta.

-Niña, ¿ya nos vamos?- apuntó con voz de fastidio, como si estuviese esperando desde hacía mucho tiempo Jonathan al llegar hasta donde ella estaba sentada, en su escritorio.

-¿”nos vamos”?- cuestionó

-Sí, hoy también me voy a dormir en tu casa-

-Shit, ¿no piensas mudarte también?-

-¡Me parece buena idea!-

-Olvida lo de mudarte, tengo algo que proponerte- se levantó ella tomando las partituras de la canción que había impreso la noche anterior.

-Sin abogados cerca no firmo nada- dijo de forma de burla Jonathan

-JAJAJA! Imbécil- le mostró las partituras -¿podrías desempolvar tu guitarra y ayudarme con esto?-

-¿Qué? Oh, no, lo siento, marcó número equivocado- dijo Jonathan casi volteándose para irse

-¡No! Oye, por favor- lo jalo de su chaqueta negra –hazlo por tu prima, ¿sí?- sonrió ella

-No- sonrió el de igual manera

-¿Qué tiene de malo? ¡Solo es una cancioncita!-

-Se a donde quieres llegar, luego de la cancioncita en la guitarrita, querrás un covercito, ¿no es así?- le dijo Jonathan a Mary cual profesor frente a un niño de preescolar

-¡Sí! ¡Y después un video!, vamos, si te lo pido es porque eres sexy- dijo ella juguetonamente

-Para seguirlo siendo, no tengo por qué hacer un cover o un video, naturaleza es naturaleza-

-Extraterrestre narcisista-

-Enana acomplejada-


Rayos, odiaba rogarle, y él disfrutaba bastante verla en aquella posición.


-¿Me ayudarás?-

-¿qué recibiré a cambio?-

-La satisfacción de haber trabajado conmigo y hacerte famoso-

-Nah, no veo la oferta tentadora-

-¡Rayos Jonathan! ¡Sólo es una estúpida canción! ¿¡No podrías ayudarme en eso!?, esto es serio-

-¿Por qué mejor no se lo pides a tu amiguito músico y bailarín? ¿eh? Quizás podría ayudarte-

-¿Joshep?- Dijo Mary casi al instante, no había pensado en ello la verdad, ¿era posible aquello?. Es decir… él también estaba participando. –No lo habías pensado, ¿verdad?-

-Nou…- susurró ella pensando –la verdad quien solo se me ocurria eras tu, ¿el sabrá tocar la guitarra?, sería complicado pedirle ese favor, pero no pierdo nada diciendo…- Jonathan la interrumpió prácticamente arrancándole las partituras de las manos y dando media vuelta para irse.

-compraré arroz chino para cenar-


Dijo, y desapareció.

Otra vez.

¿Saben? Comienzo a creer que adora hurtar cosas.


To be continued

11 enero 2012

One Love ♥ Haha :B

¡No lo supero! ¡Enserio! ¡Amé esta animación! :333 <3



09 enero 2012

Xandria, Krypteria & Mi complejo de vocalista de metal gótico

¿Qué es esto? ¡Pues un post!. Okayno, las tonterías de lado por un momento. Me he dado cuenta de mi singular gusto por el metal sinfónico, y eso no por mi misma cuenta, si no por lo que 'dicen' las demás personas. Me gusta mucho la música en general, pero no se porque generalmente busco precisamente ese tipo de música, bandas como Evanescence (con la que comencé a enamorarme de ese tipo de música) y Withim Temptation

Buscando anoche una canción en YouTube de esta última, encontré un par de bandas con las que me quedé completamente enamorada, joder, me encantan. La primera fué Xandria, es una banda alemana constituida desde el 97. 

La canción que oí de ellos es Eversleeping, la letra me dejó encantada, ¿saben algo? ¡Concuerda con Alien! una de mis historias, quizás ese sea la principal razón de mi encantamiento xD. Peor aun fué cuando miré el video, nomamen, enserio, ¡Me copiaron mi historia! okayno xD. Aquí lo dejaré, la voz de la chica me encanta, pensé en hacer un cover, pero creo que me costará jaja.

De todos modos nunca subo mis cover... así que...

El Youtube no colabora, así que, no podré incertar el video :fuck: Okay, dejaré entonces el enlace por si lo desean ver. Solo da clic aquí.

Acabo, (justo ahorititita, calientito (?)xD) de encontrar otra canción, es de la misma banda, se llama Vampire y ohhh*-*.


Oh Yeah! Youtube colaboró, si me dejó incertarla jaja. La verdad también me gusta, me dan ganas de leer otra vez Pandora de Anne Rice oyendo esto. En fin, la siguiente, pero no menos genial es Krypteria, que es algo genial también y especial jojo, ¡La vocalista es coreana!, constituyó la banda en el 2001 con un batería, bajista y guitarrista como es obvio, todos estos alemanes. Una banda Alemano-coreana jaja.

De ellos también tengo dos canciones, la primera fué con la que los encontré, al ir en el segundo 7 del video me comenzaron a gustar de una (?), y mientras mas los escucho, más me gustan. Solo queda googlear y descargar, pero me estan otorgando muy buen material. Hasta me inspiran. Espero que me ayuden a escribir, werever, he aquí la música xD


*



Y si, si alguien va a formar una banda de metal sinfónico y necesitan vocalista, ¡estoy disponible! tengo experiencia, mi madre es músico y estuve un par de años en la coral de mi escuela con mi hermana.

Antes de que se termine mi fucking vida por lo menos tengo que cantar una canción y hacer un video con este estilo...

C ya!

07 enero 2012

Justicia & Sacrificio [Capítulo#O5]



Capítulo 05: ¡Alerta Escorpión! No eres más que un luchador rígido

Vaya que hacía calor, ya casi mediodía, en el desierto, y solo a él se le había ocurrido tomar su chaqueta, se la sacó al cabo de unos minutos bajo miradas atónitas de los demás turistas a su alrededor, vaya que todo era por culpa de aquella repentina lucha entre sonrojos contra aquella chica… ¿Por qué la recordaba otra vez?

Un niñito se acercó a él de entre la multitud, llevaba un periódico. Le compró uno e intentó leer. Sin embargo era prácticamente imposible, había un gran bullicio a su alrededor, personas tomándose fotos y turisteando, personas de igual manera en alguna especie de procesión religiosa sumado a la bulla normal que crea un mercado en alguna ciudad.

Caminó, intentando acercarse más al templo de Karnak, se le terminaba el tiempo y el calor era insoportable, pasando entre la gente escuchó de algunos que al parecer la entrada al templo estaba cancelada ese día, debido a que la desaparición de una de las sacerdotisas no había sido alguna manera de atraer más turistas.

Interesado e imposibilitado de moverse de entre las personas, abrió el periódico.

Accidentes de tránsito, alguna que otra nota de política…

“El pasado jueves, a altas horas de la noche las sacerdotisas del templo de Karnak hacían su labor normal en esta época del año, sin embargo, el grupo de sacerdotes que deben llegar al amanecer a inspeccionar todo, encontró desmayadas a las mismas ante el trono de la Diosa Maat que adoraban.

Una de las mismas había desaparecido entonces, junto a la estatuilla más valiosa de la Diosa, llenando de consternación a las autoridades concernientes. No hay rastro de quien o que se apoderó de aquella estatuilla y la libertad de la sacerdotisa.”

Definitivamente había algo extraño en todo aquello. Había algo entre la gente, podía intuirlo. Cerró el periódico y lo apretó con sus manos, dando media vuelta decidido a escapar de la gente que lo mantenía encarcelado.

Tropezó con algo, al bajar su vista se dio cuenta de que había sido con alguien. Un anciano.

-disculpe- dijo al mismo tiempo en que le ayudó a restablecerse

-Oh, no te disculpes hijo.- dijo aquel anciano entre balbuceos, anciano de piel de chocolate y ojos profundos, como el mismo desierto. Con sus ropas empañadas por el sudor y bajo un viejo sombrero de fedora de color marrón claro ocultando sus canas.

Milo ya tranquilo, enrolló su periódico y se dispuso a caminar, sin embargo la voz de aquel anciano lo detuvo en seco.

-eres un gran guerrero- pronunció el mismo –huyes de algo, pero llegará frente a ti, correrás, te ocultarás en la arena tal como sabes hacerlo, pero no será suficiente. Luego el dolor será tal, que preferirás llorar color escarlata con tal de terminar con todo. Eres un gran guerrero, pero no eres Dios, recuerda eso-

Milo se volteó con una velocidad impresionante. Quería localizar al anciano, no sabía por que razón se sentía tan intimidado, nervioso, como si aquella advertencia fuese verídica, y el por desgracia no supiese con exactitud por donde atacaría el enemigo. No obstante, una chica se acercó al anciano, tomándolo de la mano y llevándoselo con ella. Parecían ser parientes.

-siento si te incomodó, está enfermo y declama a las personas que consigue por todos lados- se excusó la chica de unos 17 años de edad. –Inventa historias, lo siento mucho- dicho esto, se llevó al anciano, que parecía estar sumergido en otro mundo, viendo a las personas de su alrededor.

Rayos, unas 12.000 veces más.



Flores blancas. Jazmines para ser más exactos. En el oasis de Egipto, a las orillas del Nilo, se da bastante el jazmín.  Llevaría algunas en agradecimiento a quienes lo hospedaron en su casa sin hacer tantas preguntas.

-¡Vaya! ¡Justo a tiempo!- dijo aquella chica que lo había despertado justo al perecer de la mañana, luego de abrirle la puerta.

-¿tiempo?-

-¡Vamos! Es hora de almorzar-



Ya en la mesa.



-Padre, ¿Cómo te fue en el trabajo hoy? ¡Has llegado temprano, por suerte!- dijo la chica, sentándose lentamente a la mesa

-La verdad tengo que ir esta noche, pero llegaré antes del amanecer, lo prometo.-

La cara de ella se entristeció un poco

-recuerda que no puedes excederte mucho, podrías…-

-lo sé cariño, no te preocupes.- dijo su padre -¡Además! No me pintes de enfermo inservible delante de la visita.- rió el hombre, a la par con su hija tiempo después

-¡Lo siento!- rió ella que volteó a ver a Milo, que comía en silencio algo apenado -¿sabes? ¡Descubrí que es alguien muy altivo!- bromeó ella, que estaba a su lado, dándole un leve golpe con el codo

Milo la miró sin entender muy bien

-También que puede estar alerta mientras duerme- agregó luego de dejar de reír –genial, ¿no?- tomo un poco de su jugo

-¡Hija! ¿Podrías ser más respetuosa? ¡Mira como lo has puesto!-

Jamás en mi vida podría enserio describir cuan cómico podría verse este peligroso caballero escorpión mientras sus mejillas estaban tiernamente teñidas de rojo. Otro punto en contra a él mismo en aquella situación además del encanto que comenzaba a tener hacia aquella chica era que no tenía buenas respuestas hacia aquella “manera de dormir” que ella decía que tenía.

“Lo que sucede es que el entrenamiento ha hecho que posea esa postura rígida incluso al dormir, y más aún cuando estoy en  plena misión”. No, claro que no podía decir eso. Solo debía quedar en silencio, claramente, nadie podría sospechar algo, ni siquiera imaginarlo. No tenía tan mala suerte… ¿o si?.

-Milo, me has dicho que vienes de Grecia, ¿no?- apuntó el hombre aun mientras ingería sus alimentos, el mismo asintió de inmediato algo animado -¡Aquí han llegado muchas leyendas desde allá!, ya sabes, Aristóteles, Platón, filosofía, mitología, historias y demases, Egipto y Grecia poseen una gran relación, sin embargo, algo que me llama mucho la atención de Grecia es que dicen que en Athenas existe un santuario ateniense, en el que existen caballeros de la mismísima reina diosa-

La respuesta es sí, si tenía mala suerte.

-¿Enserio? ¡No puedo creer que dicha leyenda se haya difundido tan lejos!- respondió Milo disimulando su nerviosismo

-lo cierto es que es bastante increíble, sin embargo, se que los Dioses nos protegen, a pesar de todo. Así que…-

-tiene un porcentaje de creencia, ¿no?, la verdad he oído de ellos, si ha llegado hasta aquí es obvio que es algo muy hablado en Grecia.-

-Lo imagino… ¿Cómo decía aquella historia?- dijo el padre de la chica pensando, mirando hacia el techo como si en el mismo estuviese escrito aquello que quería recordar –oh si, decía: “Podían desgarrar el cielo y con un solo puntapié… abrir grietas en el suelo”-

-¡Usted bien podría narrar alguna historia en la radio!- elogió Milo astutamente.

Todos rieron.


La cena terminó rápidamente, el padre minutos después se despidió de su hija y partió hacia el trabajo, la misma regresó hacia la mesa y se encontró con Milo comenzándola a levantar.

-a ver, no creo que sea necesario que hagas eso, tienes manos de guerrero, insisto- sonrió ella acercándose para tomar ella los platos

-todos me atribuyen ese cargo, ¿qué no parezco alguien normal?- bufó él, mientras ella tomaba sus manos para apartarlas de la vajilla

-de hecho no- dijo ella que lo miró fijamente a los ojos a Milo –no… se tu nombre- agregó

-yo tampoco.- sonrió él –es decir, yo tampoco se tu nombre-

-Zahra- sonrió ella –casi como el desierto, creo que significa algo como flores o algo por el estilo-

-lindo nombre- dijo él apartando sus manos

-¿y el tuyo?-

-Milo… algo así como continentes desaparecidos o eso creo-

Ella sonrió

-esplendido-




La verdad su estadía comenzaría a crearle alguna clase de trauma, estaba completamente seguro de ello. Luego de ayudar un poco a Zahra y hacerle compañía se dirigió a su habitación, ensimismado en pensamientos, dudas, y toda clase de tonterías abrió la puerta de la habitación en que se hospedaba, ya comenzaba a oscurecer.

Tendría entonces, que esperar hacia la llegada de Saori con sus compañeros o la aparición de Kiki para enviar información. Comenzaba a atar cabos, trazarse metas, si todo fue tan preocupante como para detener las visitas turistas, tendría que añadir aquello a la lista de pistas. El santo escorpión sentía que algo se le escapaba de las manos, tenía un presentimiento.

Había estado ocultando su cosmos desde que llegó, sin embargo, todo había sido tan pacifico desde que piso tierras egipcias que, sencillamente era algo que lo comenzaba a inquietar. Sintió algo, claro que si, lejano, perturbando cada esquina por la que el asistía, bañando, impidiendo la tranquilidad total cual cortina oscura sobre la ciudad. Un cosmos maléfico. Sin embargo era algo fijo, casi infinito. Como si el mismo cosmos lo compartiesen miles y miles de insectos y se paseasen invisibles por el lugar. Era tan inquietante, fuerte y tan débil a la vez, como el acompañamiento de licor en algún pastel.

Se acercó al armario de aquella pequeña habitación, y dentro del mismo divisó el saco que cubría la caja de pandora de su armadura de oro. Todo estaba tranquilo… no, algo andaba mal, podía percibirlo.

Tocaron la puerta, él la abrió. No, no era hacia su habitación en donde habían tocado. Un poco confundido bajó lentamente las escaleras corroborando que todo estuviese en orden, vio a Zahra acercarse a la puerta y abrirla. Dio media vuelta para regresar a su habitación…

-¿Qué… es…?- escuchó claramente de Zahra, su voz se entrecortó. Ahí en ese mismo milisegundo sintió un extraño y fuerte olor, a la par de un cosmos horripilante. Abrió los ojos más de lo normal, saltando desde donde se encontraba hacia el suelo fijo, para ir en dirección hacia la chica.

La misma con una mirada atónita miraba hacia el frente, casi a punto de soltar un desgarrador grito, sin embargo, casi en un acto quizás de nerviosismo no soltó más que un gemido que de confusión. No podía siquiera creer lo que veía frente a ella, ¿qué era aquello?

Milo casi tan rápido como un relámpago se acercó a ella tomándola de la cintura hacia él, la llevó rápidamente tras su espalda y miró directamente al enemigo. Había algo familiar en él, ¿Qué era? Zahra continuaba completamente impactada, detrás de la espalda del chico que comenzaba a dar pequeños pasos hacia atrás.

El olor era tan intenso.

-no lo inhales directamente- le murmuró Milo a la chica, la misma continuaba completamente congelada, al sentirla de aquella manera reflexionó en que quizás ese shock no se le pasaría tan deprisa como necesitaba. 

Necesitaba hacer algo, pero su armadura estaba en el segundo piso. Maldición, ese cosmos era tan inquietante, subir al segundo piso era algo claramente difícil.

Dio un rápido vistazo hacia las escaleras, estaban a unos metros, a mano izquierda. Volvió su vista hacia el frente, aquel extraño ser se movió hacia adelante, abrió sus ojos más de lo normal, no lo vió moverse, ¿cómo es que ahora estaba tan cerca?.

-cariño… ¿por qué estás tan asustada?- susurró aquel ser, su voz era distante, parecía que provenía de dentro de un tubo de metal, a su vez, podía escuchar lamentos… lamentos como si personas estuviesen agonizando. Zahra cayó de rodillas. Milo giró de inmediato hacia ella.

-mamá…- pronunció. El santo de escorpión apenas pudo siquiera responder algo, ya que sintió como hacia él venía una fuerte ráfaga, tomó del brazo a Zahra y corrió escaleras arriba, sintiendo como la pared del pasillo al parecer era destruida tras un fuerte sonido. Levantando a la chica en brazos corrió escaleras arriba, la chica iba llorando, aún shokeada.

-¡Zahra tienes que oírme! ¡Eso no puede ser tu madre! ¡Por favor reacciona!- gritó completamente consternado. Dejó caer a la chica al suelo con suavidad y a la vez rapidez, mirando hacia ambos lados, recobrando conciencia de donde se encontraba y hacia qué habitación debía ir. Sin embargo sintió fuertes pasos detrás de él. Volteó abrazando a la chica. Aquel ser estaba cerca otra vez.

Parecía una mujer, una preciosa mujer de piel de melocotón, cabello muy parecido al de Zahra y ojos castaños, sin embargo, su piel era tan… falsa. Como la de una marioneta, tenía en el rostro una sonrisa marcada, retorcida, como si a un cadáver le hubiesen cocido la piel para intentar forcejarle una sonrisa. Su cabeza estaba levemente caída hacia un lado, como si la misma fuese una pieza a punto de caerse por el peso.

Daba pasos morbosamente lentos hacia adelante. Tenía una especie de vapor saliendo de sus manos, quizás de ahí provenía tal sonido. Zahra tomó su cabeza temblorosa, Milo seguía expectante entre que hacer o no. Estaba completamente limitado. Se acercaba un paso, aquel ser se acercaba otro paso más.

-tápate los ojos- le dijo Milo al oído, ella apenas parecía oir -¡Tápate los ojos! ¡Ya mismo!- dijo algo exaltado, tomando una de sus manos y posándosela sobre su rostro. La chica se colocó ambas manos en su rostro, y Milo la tomó con más firmeza, era hora de contra atacar.

Miró fijamente a su adversario.

-¡Restricción!- apuntó con voz fuerte, lanzando ondas circulares de cosmos hacia aquel ser, mientras sus ojos brillaban de color naranja por algunos segundos, con aquello pretendía intimidarlo y así tomar un poco de tiempo para llegar hacia su armadura. Cargó entre sus brazos a la chica y corrió en dirección hacia aquel ser, si la restricción había funcionado, podía pasar, si no era así, tendría que encajarle una aguja escarlata para derribarlo. Era un acto peligroso, tenía a la chica en brazos, tenía que atacar y defenderla a la vez.

Pasó frente al enemigo, el mismo parecía solo estar inmóvil, sin embargo, al dejarlo a sus espaldas lo sintió moverse nuevamente, con tanta rapidez como lo hizo anteriormente, y nuevamente atacó. Directamente a la espalda del escorpión.

-¡Maldición!- gritó Milo, sintiendo calor en su espalda, eso sumado a un ardor insoportable. Se volteó quedando contra la pared de la habitación que necesitaba, justo a unos centímetros de la puerta. Soltó a Zahra y le volvió a repetir que permaneciera con sus ojos sellados. Dio dos pasos hacia adelante y concentró su cosmos mirando con determinación al enemigo, que seguía gimiendo, y acercándose con morbosidad.

-¡Aguja escarlata!- gritó, apuntando con su dedo índice, directo hacia tres puntos clave de las extremidades bajas de aquel extraño ser. De inmediato chorros de sangre y gritos con eco salieron de la boca del monstruo, mientras el mismo caía de rodillas.

Lloriqueaba como una mujer, pero su cosmos era sencillamente fantásticamente malvado.

-¡Hija! ¿Dejarás que me hiera?- gritaba, Zahra se tomaba aun más la cabeza con sus manos, cerrando los ojos con fuerza. Milo volvió a encestarle tres agujas más.

-¡¿Quién demonios eres?!- gritó

-Mamá solo quiere ver a su pequeña hija preciosa- decía aquel extraño ser, que arrodillado debido a la fuerte presión proveniente de las 6 agujas escarlata que poseía ahora en su pecho y piernas, gateando lentamente, sangrando intensamente.

Milo levantó su mano derecha nuevamente, apuntando peligrosamente cual escorpión preparándose para picar a su víctima. Eso pareció enfurecer a aquel ser.

-¡¿Quién te crees que eres para apartarme de mi hija?!- gritó, levantándose entre lamentos más escalofriantes y el encender de su cosmos más fuertemente. Verdaderamente espeluznante. Apuntó hacia Milo extendiendo ambos brazos en línea recta frente a sí mismo. Y gritando soltó más gas de ese que expedía con fuerza. Llegó hacia Milo en facciones de segundos, en los que él, abrió la puerta empujando a Zahra hacia aquella habitación, no logró huir del todo, ya que su brazo derecho terminó amortiguando el ataque. Sintió como su piel quemaba… ardía.

El monstruo comenzó a acercarse nuevamente, repitiendo el nombre de Zahra. Milo se levantó con lentitud, sin embargo, el dolor era muy fuerte, su mano parecía además adormecida. Maldecía entre dientes, su vista se volvía nublada, volvía a maldecir, si tuviese su armadura aquellas heridas no fuesen la gran cosa, es más, quizás ni siquiera aquel vapor lo hubiese afectado.

Sus sentidos comenzaban a traicionarlo.

El monstruo levantó nuevamente sus manos, apuntando hacia Milo que no podía moverse. Preparó su gas… que saldría en 3… 2… 1…



¡Plasma relámpago!







-¿Qué sucede Milo? ¿El estar tanto tiempo sin armadura te ha hecho más lento?-

Aioria…

To be continued

02 enero 2012

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*

01 enero 2012

Welcome to the Universe! [Capítulo#O3]


Capítulo 03: Lente Roto


3 meses después

El trabajo estaba algo difícil, y más para una mujer de 37 años. Cuando estás cercana a los 40, y no eres una mujer lo suficientemente agraciada o en su defecto soltera, no tienes cabida en alguna empresa. Este tipo de esclavitud por petición solo ve personas jóvenes y solas. Eso y más lo comentaba Mary junto a su madre, que sentadas en una cafetería cualquiera cerca del centro comercial más grande de la ciudad tachaban en un periódico empleos que ya habían visitado para que su madre fuese entrevistada.

-¿profesora de literatura?- apuntó Mary tras ver una opción bastante tentadora y factible en la lista de empleos

-¿edad?-

-máximo 35 años-

Eso bastó para bajarle los ánimos restantes a la madre de Mary, llamada Gladys.

-¡Ya mamá! No le entres al complejo de vejez, aún debe haber algo que puedas hacer a parte de los shows nocturnos.-

Si, de lo que se refería Mary era de lo que piensan, shows en bares nocturnos. Su madre, aparte de ser músico, intérprete y compositora, trabajaba en los bares reconocidos de la ciudad, recibiendo una buena paga, pero no la suficiente. Había ahora demasiados gastos, entre ellos la universidad de ella misma. Estaban en lo que yo llamaría crisis post-concierto, ser cantante no es nada fácil. Y eso comenzaba a preocupar a Gladys, que pisaba aquella realidad que dicta que nadie vive a base de boleros o rancheras.

-¿Y si encuentro trabajo?- susurró Mary, con temor, casi adivinando la respuesta de su madre

-¡De ninguna manera!- y ahí iban de nuevo, se suponía que era una tregua a la que habían llegado, nada de trabajos por parte de Mary, y su concentración en la universidad por ese año. Por supuesto eso señalaba lo evidente, Gladys se encargaría de los gastos.

-Pero, es que tengo algún tiempo… puedo ayudarte y así evitar…- su madre la interrumpió

-el plan era que entraras en tu competencia e hicieses lo mejor de ti, todo eso en este año, ¿Por qué desperdiciarlo por mi culpa?-

Guardó silencio, sabía que de esa manera, no llegaría hacer su brazo a torcer. Sintió el vibrador de su teléfono móvil, y lo localizó de inmediato, estaba dentro de su mochila.

*Mensaje de Texto Entrante*
Remitente: Josh        Hora;  11:22 hrs.

Hey! Niña, dónd andas, estoy con mi madre
 en la entrada del centro comercial

Escribiendo mensaje…

¡Mensaje enviado! :)

Enviado a: Josh      Hora; 11:29 hrs.

Cafetería darling, 
al lado de la discotienda de la chica 
que odias x lesbiana, 
mi madre aún busca trabajo.

#TextMensjOFF


Perfecto. Vió la hora, como siempre iba tarde, su madre no encontraba trabajo y Josh le había dicho ‘niña’, solo suele hacerlo cuando está completamente enfurecido. Aspiró una bocanada de aire analizando su nueva odisea. Joder, necesitaba solo una pequeña semana para resolverlo todo, pero estaba con la soga al cuello, ahora solo un milagro la podría ayudar.

-¡Erika!- gritó Gladys con cariño, sacando a Mary de sus pensamientos. Viró su vista hacia su derecha, entre las mesitas de la feria de comida del centro comercial vio venir a Jonathan y a su madre, que se acercó como una niña hacia Gladys.

-cielos, nisiquiera yo cuando de pequeña veía llegar a Jonathan- bromeó Mary, ante la nueva escena que divisó de su madre y la de Jonathan.

-eres una amargada precoz, no es nada raro- apuntó Jonathan de inmediato

-imbécil-

-tienes razón, soy un imbécil, ¿Cómo no me di cuenta antes de que es imposible que seas hija de esta señora, que cocina genial, que es tan gentil y habla tan educadamente?- explotó en risas Jonathan.

-¡Basta Josh!, ustedes son los que parecen niños, ¿Qué no iban tarde?- sentenció Erika, apenas Mary fue capaz de responder, ya que Josh la tomó del brazo y la impulsó junto a él yéndose en sentido contrario, directo a la universidad.

-¡Oye, oyeee!- se quejó ella, él de inmediato se giró hacia ella luego de detenerse y soltarla, con una sonrisa burlona

-¿Por qué tienes que empujarme siempre?- se quejó ella

-¿Por qué siempre tienes que acabar dependiendo de mí para llegar a un lugar temprano?- respondió él de inmediato

-¿Por qué siempre tienes que estártela creyendo, eh? Siempre dándotela del genial y el que lo resuelve todo-

-¿por qué siempre acabas gritándome frente a las personas en plena calle?, llegarás tarde niña- finalizó como siempre Josh, comenzando a caminar hacia la universidad.

Si, Mary deseaba con toda sus ganas patearle el trasero, pero tenía razón, sin embargo, su nocivo orgullo no la dejaba dar su brazo a torcer, mordía sus palabras, su “está bien, tienes razón” y apresurando su andar, llegó a la fulana universidad.

BUUUM, sonó entonces la puerta de su casillero justo cuando lo cerró luego de tomar solo lo necesario, lo que necesitaba para la siguiente clase.  Y justo delante de ella, estaba Nani, viéndola con un claro rostro de tragedia. Mary alzó una ceja sin entender muy bien, y antes de que pudiese acotar algo, Nani la interrumpió con una voz sombría, de conspiración, como la de alguna película de suspenso.

-¿has visto al profesor de Música?- dijo, aun con el ambiente tenso

-ehhh… no- dijo Mary, sin entender muy bien

-¡Qué bueno!- rió Nani sombríamente

-¿qué rayos sucede?- preguntó Mary

-nada… ¡NAAADAAA!- gritó Nani comenzando a correr a través del pasillo, alejándose de Mary, esta la siguió, gritándole su nombre. Ambas llegaron hasta la puerta del salón de baile, salón donde Nani pretendía entrar en aquel instante, sin embargo los gritos de Mary la detuvieron por fin.

-¿Qué quieres?- dijo Nani, ahora con cambio de humor, parecía fastidiada. Si, ahora que lo pienso, creo que la pequeña es bipolar o algo por el estilo,

-¿Cómo que qué?, ¡Mi cámara, por supuesto!, te quedaste con ella por que querías tomarte algunas fotos, no sé que más, aunque en realidad, si analizo las cosas… la hurtaste sin mi permiso-

Nani sonrió de manera traviesa.

-ehhh, no la tengo aquí- sonrió

-¡¿cómo que no?!, ¡La necesito!-

-consíguete otra-

Ahora sí, Mary deseaba asesinar.

-¡Rayos Nani! ¿Qué hiciste con ella?, la necesito para hoy… h o y –

-señoritas, ¿podrían guardar silencio?- dijo el profesor de aquel salón, que salía algo consternado por el escándalo de ambas, al ver a Nani de inmediato le lanzó una mirada afilada -¿entrará o no a clases?-

-¡Si!- dijo Nani

-¡No!- espetó de inmediato Mary, tomando del brazo a Nani

El profesor les cerró la puerta en la cara.

-uuuhh, pero que genino- dijo Nani con una mejilla inflada

-¡Rayos!, ¿dónde se supone que está mi cámara?-

Y si, era realmente verdadero eso de que Nani había hurtado la cámara, lo que era falso era que no la tenía en la universidad, ahí estaba, si, pero con el lente destrozado. Por ello, la escondía en su casillero con esperanzas de que Mary olvidase que existía. El plan no funcionó, ¿verdad?.

-¡Oh, por Dios, Nani! ¿¡Qué has hecho!?- gritó Mary histérica, tomando entre sus manos la inservible cámara debido a su lente roto.

-Lo siento.- alcanzó a decir la traviesa niña

-¡¡Claro que lo tienes que sentir!!- tartamudeó de la impotencia Mary. –¿s-sabes?, mejor olvídalo. Ya no importa, solo es un lente roto, ya veré como resolver esto- terminó continuando su camino por el pasillo.

-¡Mary!- gritó la destrozadora de cámaras

-¡Vuelve a clases!-

Okay, eso fue casi una orden. Nani se sintió mal por lo que hizo, muy mal.

Sin embargo son cosas que suelen suceder. Mary lo que más lamentaba no era la fractura de su lente, era el que no fue ella misma, sino otra persona. Tenía la extraña manía de evitar prestar las cosas por ese detalle, creía firmemente en la teoría de que nadie cuida de las cosas como uno mismo, que es el dueño y además, sabía el dinero que había costado.

Si sumamos todo esto a lo que atravesaba ahora, daría como resultando único lo siguiente; ella se sentía como el lente de la cámara. Ahora bien, ¿había alguna manera de repararlo? ¡Claro que si! ¡Para todo hay arreglo en esta vida, menos para la muerte! ¿Por qué al escribir ese refrán rompí en carcajadas?, si había una clase de diseño grafico a la que debía llegar temprano, es cosa del pasado. Primero no podía llegar sin cámara, y segundo, había perdido casi la mitad. Deambulo por los ahora desiertos pasillos (debido a que había clases), hasta que llegó a las escaleras del pasillo de coordinación de notas, es un lugar solo, así que decidió sentarse ahí.

Trabajo, su madre sin trabajo y su lente de cámara roto, ¿algo peor?, el lente es carísimo.



¿Y si congela el semestre de diseño gráfico?




Camino fácil, ¡como odio ir por el camino fácil!, aunque, creo que es prácticamente imposible acabar el semestre sin una cámara, así que… rayos. Reposó su cabeza en su mano derecha, soltando un pesado suspiro.


Ensimismada en sus pensamientos, no se percató de que alguien se acercaba a ella, hasta que frente a su rostro percibió la pantalla de un teléfono celular, uno que conocía perfectamente. En la misma había abierto un mensaje al parecer recién llegado


-¿eh?- susurró ella

-lee lo que dice- escuchó del recién llegado

Obedeció. Miró hacia la pantalla de nuevo. “Josh, dile a Mary que no tiene de que preocuparse, resolví lo del trabajo de su madre. Todo está de nuevo bajo control”

Mary sonrió.

-¿E-enserio?- dijo levantándose de un salto con una enorme sonrisa.

-¿Qué no sabes leer?-

-¡Oh! ¡Tu madre es genial!-

-Ya lo sé, algo que no sepa-

-El lente de mi cámara falleció- dijo Mary tomando su morral

-¿Qué le sucedió?- cuestionó Jonathan

-Nada, olvídalo, ¿sabes?, creo que regresaré a casa a dormir un poco más-

-¿Te saltarás las clases?- dijo Jonathan casi en un tono de burla. Claramente incrédulo hacia lo que estaba viendo.

-sí, ¿por qué?- dijo ella comenzando a caminar

-Oh, vaya, es que es algo… extraño. Bien, lo haré yo también-

-¡¿Qué?!- gritó Mary, se detuvo y volteó a ver a Jonathan

-Lo que oyes- sonrió.

-¡Vuelve a clases!-

-Hazlo tú también-


Ella le lanzó una mirada amenazadora. El sonrió aun más, casi contento por su reacción, y se acercó a ella lentamente. Tomo entre sus manos la cámara, que colgaba del cuello de ella hacia su pecho.


-Déjala, no tiene nada-

-¿Por esto estás mal, verdad?- se la quitó

-¡Oye! ¡Devuélvemela! ¡Es mía!-

-Ya no sirve, ¿para que la quieres?

-Te odio, ¿sabías?-

-si si, el sentimiento es mutuo niña, ¿qué ahora no te ibas a dormir?-

-Imbécil-

-Bye...!-

Y si, se fue, con su cámara. ¿Cómo le hace para sacarla tan fácilmente de quicio?