28 enero 2011

Love & Truth♥


N/A: les "recomiendo" leerlo en compañía del sonido del siguiente video, a partir del minuto; 0:14



Ya podía divisar como el color naranja hacía contraste con el delirante color rosa oscuro, y como poco a poco, el agonizante sol dejaba paso a la luna. Una refrescante brisa se paseaba por mi habitación, y movía con gran insistencia las cortinas blancas que acompañaban las marquesinas de madera. La brisa me envolvía, y como si pudiese verla: regresaba hacia la ventana, es como si quisiese que mirase por la misma, mi corazón deseaba que mi cuerpo se levantase a averiguar que era, pero mi cerebro me decía que era mala idea.
Mis audífonos dejaban en mis oídos el sonido de una canción que amaba, no era de él, pero sin embargo parecía estar escrita para él. Garabateaba con gran desanimo y casi sin entender el resultado sobre mi libreta de Garfield, me la regaló mi hermana en mi cumpleaños. Aquella libreta era como una especie de diario en clave, ya que allí depositaba cada una de mis penas y antipatías, convirtiéndolas así en historias, que comenzaban a ser olvidadas, y cumpliendo un único propósito; mi desahogo.

Un audífono se calló, y pude oír como afuera, alguien tocaba el violín. La melodía era como la canción que estaba escuchando segundos antes, me quité los mismos de inmediato y corrí a ver de dónde provenía dicho sonido.

Resultado: Nada.

No podía lograr ver de dónde venía dicho sonido, estúpidamente frustrada, cogí con velocidad impresionante mi chaqueta negra y luego de posarla sobre mis hombros, salí corriendo de mi habitación, yendo escaleras abajo con desesperación y abandonando mi hogar para ir hacia un destino que desconocía.

Mis  recuerdos me transportaron, cual máquina del tiempo, a aquellas tardes en que en secreto, le observaba dejarse llevar por las melodías de canciones que aunque a veces con sonidos frenéticos: dejaban a relucir todo su talento por medio de expresión corporal.  La musa inspiradora de mis historias danzaba entre la atmosfera, cual ángel que dejaba tributo a un Dios melancólico, que llora cual guitarra junto a una canción de desamor, todos y cada uno de las infamias de sus hijos; los mortales.

Si, estaba en la cancha de educación física de la universidad. Allí donde él a diario iba a practicar.

Paseé un rato, caminando en círculos, y divagando en su impresionante e inmortal sonrisa. Como sus ojos se iluminaban con extrema humildad y sinceridad en cuando sonreía, como sus rizos negros descansaban sobre su perfecto rostro de cerámica.  Y como lograba observar lo feliz que era junto a aquella chica rubia ojos lindos con quien compartía besos en secreto y quizás muchas cosas más.  Aquel amor era algo más que puro, y estoy segura que su alma gritaba desesperadamente por encontrar un lazo mas fuerte con que atase ambos.

Un nudo se formó en mi garganta. Él era verdaderamente feliz.

El violín me alertó, mi cuerpo comenzó a buscar desesperadamente aquel sonido que lo hacía llenarse de viveza y felicidad. Sin darme cuenta mis pies sonaban mientras se dejaban llevar por un apresurado andar… Apreté con fuerza el diario que tácitamente dejé en mi bolsillo al huir de casa contra mi cuerpo, mientras podía sentir como mi corazón aumentaba su enardecido cantar, al cruzar por uno de los pasillos del lugar, me tropecé con una pared; mi reacción fue impulsarme con fuerza y seguir mi camino.

Ya quizás había entendido el porqué de querer salir rápidamente de allí. Una noche, la misma de mi cumpleaños, en la cual me que estrené mi diario, ¿Qué fue lo que hice?. Dibujar su hermoso mirar, que nunca a volteado a iluminarme a mí, y que sé… nunca lo hará.

Busqué el dibujo, mientras reducía la velocidad y quedaba exactamente al frente de la hermosa fuente que los chicos de ciencia, habían creado junto al club de arte. Sonreí medianamente, y al ubicar mi fugaz objetivo, con un movimiento apresurado arranqué la hoja, mi respiración se entrecortaba por tanto correr, sin embargo, no fue obstáculo para mi acción. Con la hoja y el dibujo, hice un avioncito de papel, y después de bendecirlo con un beso de amor, lo impulsé y dejé que volara, hasta que aterrizara en el agua pura y cristalina

-“es para ti”- dije, mientras con los ojos cerrados, idealizaba su rostro. Dí media vuelta, y aun con el hermoso sonido del violín en mi mente, y sin poner atención a que hacía o a donde iba, comencé a caminar, esta vez, con tranquilidad.

Iba sumida en mis pensamientos, y…. aunque algo en mí no me dejaba, necesitaba resignarme, ya que algo tan puro, era imposible que siquiera se tropezara conmigo.  No, yo era una chica que no lo merecía, espero que la chica de ojos lindos sepa hacerle feliz, que siga alimentando su sonrisa y espantando sus tristezas. ¡Es que me es muy difícil!... su mirada no se resume en una sola palabra, consta de muchos adjetivos: profundidad, perfección, inteligencia, belleza, picardía, timidez, imaginación, complicidad, expresividad, melancolía, prolijidad, etc…

 Todos y cada uno de esos ingredientes se mezclan dando como resultado una formula científica que no sabría como expresar. Sólo diría que esos ojos que parecen de un ángel siempre me han impresionado: me dan seguridad, aunque el no la estuviese mandando solo a mí, me dan un respiro, me hacen sentir fuerte y valiente. ¡Es una soberana ridiculez!... que se a convertido en una droga.

Un tropezón, mi vista se alzó. Y pude oír, antes de caer en una especie de agujero negro, como caía mi diario contra el pavimento.
Mis ojos se chocaron contra la misma arca de la alianza abierta. Sonrió, tomó mi diario, y al ver que no hacía nada, lo poso sobre mis manos. Una onda eléctrica me atravesó, cuando en una milésima de segundo, el rosó su tersa piel sobre la mía.

La chica ojos lindos lo llamó, llegó cerca y tomándolo con fuerza del brazo y arrastrándolo lejos de mí. Aun mis ojos saltaban de sus orbitas, no podía creer lo que acababa de suceder…

El chico de mirada seráfica, me había virado a ver. 


*
*
*

0 Opiniones:

Publicar un comentario

¡Gracias por querer compartir tu opinión! :)